Las intenciones ocultas del Estado de Bienestar.
Cuando se habla de Estado de Bienestar se hace referencia a políticas gubernamentales dirigidas, aparentemente, a procurar el bienestar de la población. Generalmente se relacionan con la oferta de servicios de salud, jubilación, educación, alimentos, vivienda, masivos pagos de bonos para asegurar ingresos; todo ello en su afán de dar bienestar.
En su artículo “El Legado de Bismark”, Tom Palmer (1) diferencia los Estados de Bienestar de, los Estados Socialistas y del Estado Liberal Clásico. Los socialistas intentan planificar toda la economía con la práctica de la “planificación central”. Además de ser los dueños de los medios de producción, asignan el capital, el trabajo, dirigen la producción y su administración.
Un Estado de Bienestar no requiere ser el dueño absoluto de los medios de producción, expresa el autor, posiblemente sea propietario de una parte de los mismos, en especial de aquellos relacionados con los servicios que ofrece para brindar bienestar. No intenta dirigir todas las actividades productivas sino de responsabilizarse del bienestar de los ciudadanos, quitándoles a éstos su autonomía y responsabilidad en dicha búsqueda. Por su parte un Estado Liberal Clásico, se limita a ofrecer en un clima de paz, condiciones para que el ciudadano sea libre en procurar su propio bienestar. Para ello ofrece justicia, defensa frente a la agresión, Estado de Derecho y posiblemente algunos “bienes públicos”.
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El Estado de Bienestar al asumir la responsabilidad de garantizar y crear las condiciones para la obtención del bienestar, tiende a dominar y a monopolizar los servicios que ofrece. Los monopolios, como se sabe, sacan del mercado a la competencia, de quien pudiera obtenerse mejores servicios a menor costo. Abundan los interesados de todos los estratos sociales, creados para darles estabilidad política. La redistribución del ingreso no se concentra en los pobres, buena parte de ellos va hacia los interesados, en especial de clase media. El hecho se atribuye a gastos de gestión, burocracia, politiquería y amiguismo político (2).
¿Cuál es el origen del Estado de Bienestar y cuál era su intención oculta? Tom Palmer, en su artículo antes mencionado, narra el origen del Estado de Bienestar moderno. Lo ubica a finales del Siglo XIX, en Alemania, como consecuencia de las actividades políticas y la consolidación estatal del estadista alemán Otto Von Bismark. Llamado el canciller de hierro, logró la unificación de Alemania en el Segundo Reich, sobre la base de sangre y hierro. Se opuso políticamente a los liberales clásicos, que preferían la paz y el libre comercio, para hacer de Alemania un país próspero y en paz con sus vecinos.
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Como parte de la consolidación del país en Europa Central, Bismark fué el precursor del Estado de Bienestar moderno. Lo inició estableciendo planes obligatorios de seguros contra accidentes, salud, discapacidad y vejez. Consideró a estas estrategias “Socialismo de Estado”. Su intención, más allá de brindar bienestar, era mantener a la población dependiente del Estado y por ende, dependiente de él. Le interesaba una población inmersa en un colectivismo nacional, con un sentido de lealtad al Estado, en tal forma que, en momentos de crisis, no dudara en brindar el apoyo requerido por la poderosa Alemania, para dominar a Europa.
Bismark expresaba que una persona que recibiera una pensión de vejez del Estado, estaría contenta y sería más fácil de manejar, que otra que no la tuviera. Igualmente, consideraba ventajoso tener unas setecientas mil personas como receptoras de ayuda estatal, sobretodo de ésas que no tienen nada que perder en momentos de conmoción, pero que creen que tienen mucho que ganar, si ésta ocurriera (3).
El Estado de Bienestar se consolidó durante el Tercer Reich, bajo el mando de Adolf Hitler. Bajo el lema de un estado de la gente y para la gente, esta estrategia política estaba dirigida a los alemanes con pedigree racial adecuado. Es catalogado el Estado de Bienestar más depredador y sanguinario que haya existido. Se financió, según documenta Gotz Aly (4) despojando a los judíos y enemigos del Estado de sus bienes, saqueando al resto de Europa y provocando inflación deliberada en los países ocupados. Utilizó el esquema piramidal para reunir la creciente demanda de dinero requerida, para satisfacer los programas de bienestar.
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Dependencia del Estado, colectivismo, pérdida de autonomía y de poder de decisión individual, exigencia de lealtad desmedida, manipulación de la población en la toma de decisiones que favorezcan el dominio y estabilidad política, son intenciones ocultas de los Estados de Bienestar que afectan a las personas en su libertad individual y responsabilidad, para ser los protagonistas en la búsqueda de su bienestar y felicidad.
Esta estrategia política fue asimilada rápidamente por gran parte de los gobiernos del mundo. Es muy difícil que los políticos lleven al mínimo su oferta de programas de bienestar y de receptores de los mismos, por el costo político que les representa, a pesar de las consecuencias económicas que han causado en los países. En un próximo artículo se abordará este tópico.
Por Neley Rueda Ramírez.
(1) Palmer, Tom. El Legado de Bismark. pp. 25-41. Editado por Tom Palmer en Después del Estado de Bienestar. USA, 2012
(2) Shapiro, Daniel. ¿Is the Walfare State Justified? pp.110 Citado por Palmer, T. en el Legado de Bismark. pp 26. Editado por Tom Palmer en Después del Estado de Bienestar. USA. 2012
(3) Taylor, A.J.P. Bismark. The Man and the Statesman. pp. 203. Citado por Palmer, T. en el Legado de Bismark. pp. 26-27. Editado por Tom Palmer en Después del Estado de Bienestar. USA. 2012
(4) Gotz, Aly. Hitler’s Beneficiaries: Plunder, Racial War and the Nazi Welfare State. Citado por Palmer, T. en el Legado de Bismark. pp.27. Editado por Tom Palmer en Después del Estado de Bienestar. USA. 2012

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