La volatilidad no es el único contratiempo que enfrenta El Salvador tras haber adoptado a esa cripto como una moneda de curso legal en el país.
El términos concretos, El Salvador ha perdido parte de su inversión inicial en bitcoin (BTC) durante los últimos cuatro meses. El presidente del país, Nayib Bukele, ha hecho varias compras agresivas de BTC. El mandatario aprovecho movimientos de baja en la cotización para adquirir más bitcoin. A Bukele le gusta, en jerga bitcoinera, «comprar la caída».
Pero, no siempre lo hace. La última caída «se la perdió», según escribió en Twitter. Y por allí va el verdadero problema con la adopción de la criptomoneda en el país centroamericano: la poca transparencia que tiene el gobierno al respecto.
Nadie sabe a ciencia cierta cuánto bitcoin tiene El Salvador. No se sabe si ha comprado o vendido más de lo que informa el propio Bukele a través de su cuenta en Twitter. De hecho, ese es el único medio que podría llamarse «oficial» sobre las «cripto inversiones» salvadoreñas. Lo que se sabe públicamente es que El Salvador tiene 1.391 BTC en reserva. En términos de efectivo, las compras de bitcoin le han costado $73,2 millones al país.
Con las bajas que ha sufrido desde que el país empezó a invertir, todo ese BTC vale solo $60,7 millones. Es decir, El Salvador ha perdido aproximadamente unos $12 millones.
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La mayoría de las adquisiciones se completaron cuando BTC cotizaba por encima de los $50.000, un marcado contraste con el precio actual que ronda $44.000. El ministro salvadoreño de Finanzas, Alejandro Zelaya, dijo que el país ya convirtió parte de sus BTC nuevamente en dólares. No dice cuándo tuvieron lugar estas transacciones ni cuánto BTC se vendió. Nuevamente: no hay transparencia.
Para agravar el problema, la dirección donde se guardan las criptomonedas de El Salvador no se conoce públicamente, lo que dificulta el seguimiento cuando se realizan compras y ventas.
Buekele dobla la apuesta, pero no tanto
Sin embargo Bukele quiere ir más allá. El presidente planea usar un llamado bono bitcoin para financiar un nuevo municipio llamado «Bitcoin City». Esa zona sería alimentada con energía geotérmica de un volcán.
En ese proyecto Bukele cuenta con un gran aliado y se apalanca en medio de una crisis. Paolo Ardoino, de Bitfinex Securities, una compañía de criptomonedas que trabaja en Kazajistán, ahora es aliado de Bukele. Con esa empresa, el gobierno salvadoreño planea emitir 1.000 millones de dólares en bonos. La mitad de ese dinero se usará para construir la llamada Ciudad Bitcoin y el resto para la compra de bitcoins.
Esta información trasciende ahora que Kazajistán está en medio de una convulsión social, con violentas protestas que generaron una aún más agresiva respuesta del gobierno. Apenas este 15 de enero se retiraron los soldados rusos que pidió el presidente kazajo Kassym-Jomart Tokayev, para que lo ayudaran a restaurar el control. Algo que habría logrado con decenas de muertes de por medio.
Como parte de la represión, en el momento más álgido de la crisis, el gobierno ordenó también cortar el Internet. Kazajistán es el segundo país en el mundo donde se «minan», es decir se emiten, la mayor cantidad de Bitcoin.
Perder la conexión a Internet detuvo abruptamente el procesamiento de datos necesarios para minar bitcoin afectando el precio del activo. Al mismo tiempo, esa coyuntura acrecienta el interés en El Salvador y su ciudad Bitoin.
Los bonos de Bukele
Tambíen favorece la apuesta de Bukele a la emisión de los bonos bitcoin. Esos papeles son una deuda que el Gobierno va a suscribir a 10 años, con una tasa de interés del 6.5%. En total, durante 10 años, el Gobierno debe cancelar 1.650 millones de dólares a los inversores en criptomonedas por este préstamo de 1.000 millones. Con esas operaciones en mente fue que el presidente eligió la empresa de Ardoino. Según el empresario, su plataforma de criptomonedas en el mundo con licencia para comerciar y emitir valores tokenizados.
Sin embargo, todo el proyecto ideado por Bukele tiene muchos puntos cuestionables. El economista experto en monedas, Steve Hanke, de la Universidad John Hopkins, cuestiona públicamente toda la iniciativa centroamericana. Y pone en duda la capacidad del país para crear energía suficiente para garantizar una zona de minado de criptomonedas.
“¿Cuánta energía se puede extraer del volcán inactivo Conchagua? ¿Dónde está el estudio de viabilidad? El Salvador ya tiene un enorme déficit de energía e importa el 22% de su uso de electricidad. Sin un estudio de factibilidad, nadie sabe cómo Bitcoin City afectará este déficit”, argumentó Hanke. Este economista cuestiona duramente la fe ciega en el Bitcoin.
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Bukele, que es una estrella Twitter por su desfachatez, contestó en tono de burla en esa red social “¡Este tipo! ¡Por supuesto que es un volcán inactivo, idiota! ¡La mayor parte de la energía geotérmica se extrae de pozos cerca de VOLCANES INACTIVOS! ¿Por qué construirías una ciudad debajo de un VOLCÁN ACTIVO?”.
El mensaje se hizo gracias a la legión de fans que tiene Bukele en Twitter. En los días siguientes, el mandatario siguió tuiteando información para sustentar la capacidad del volcán inactivo para sostener la ambiciosa operación de criptominería.
Pero el presidente salvadoreño hizo una maniobra de distracción. Centrándose solo en una parte del mensaje de Hanke. Pero no atendió las principales preguntas. No hay estudios de factibilidad que sustenten la iniciativa de la Bitcoin City bukeliana. De nuevo, opacidad, falta de transparencia.
El Salvador en riesgo
Hay otras visiones escépticas del proyecto de Bukele «Es bastante arriesgado, particularmente para un gobierno que ha estado luchando con presiones de liquidez en el pasado», dijo Jaime Reusche, analista de la calificadora de riesgo Moody’s.
Hasta ahora, según la información pública disponible, El Salvador ha comprado 1.391 bitcoins. De acuerdo a cálculos de la firma, las pérdidas en las que habría incurrido El Salvador podrían ser de más de 12 millones de dólares. Llegarían hasta 20 millones. Algo que puede dar esperanza a El Salvador, según Reusche, es que las tenencias de bitcoin que tiene ese país, no representan una «amenaza importante» para la capacidad del gobierno de cumplir con sus obligaciones internacionales. Sin embargo, aconseja que no compre más.
El analista advirtió que los riesgos podrían ser mayores si el gobierno compra más bitcoin. Especialmente, para la capacidad de pago y su perfil fiscal. Moody’s también se refirió a los bonos respaldados en bitcoin que lanzará el Gobierno de El Salvador. El analista Reusche consdera que «vender una cantidad decente de bonos de Bitcoin podría ayudarlos con sus presiones de liquidez».
Una esperanza
Según el analista de la calificadora de riesgo, la condición para que El Salvador no deba reestructurar sus bonos del mercado tradicional, va a depender de que los bonos respaldados en bitcoin sean «bien recibidos y suscritos en exceso».
El país centroamericano busca recaudar USD 1.000 millones mediante estos bonos que estarán disponibles en febrero y marzo de este año. Un organismo internacional que también advirtió sobre la compra de BTC por parte de El Salvador, fue el Fondo Monetario Internacional (FMI). En noviembre pasado, el director de comunicaciones de la entidad financiera, Gerry Rice, dijo que ese movimiento planteaba «una serie de problemas macroeconómicos, financieros y legales».
Con información de CoinMarketCap, El País y Criptonoticias.
Equipo de Redacción – Econintech.org

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