En medio de una accidentada recuperación económica, la intervención del gobierno estadounidense para impulsar la reactivación genera serios inconvenientes.
La inusualmente alta inflación en EEUU evaporó las ganancias salariales de los trabajadores con los sueldos más bajos. La escasez de mano de obra inducida por la pandemia obligó a los empleadores a aumentar drásticamente los salarios en el último año. Pero ese incremento se ha evaporado. Las mismas medidas que se han tomado para enfrentar las consecuencias de las medidas tomadas para enfrentar la pandemia han llevado la inflación a cerca de su tasa más alta en más de una década.
Los precios al consumidor en general subieron un 5,3% en agosto con respecto al año anterior. El incremento bajó la velocidad con respecto a junio y julio. Pero aún cerca de un máximo de 13 años, dijo el Departamento de Trabajo. Para el nivel de trabajadores con ingresos más bajos, los salarios “reales” —pagos ajustados por inflación— cayeron un 0,5% en agosto respecto a 2020.
Esto de acuerdo con datos de la Reserva Federal de Atlanta y el Departamento de Trabajo reportados por The Wall Street Journal. Eso contrasta con el crecimiento anual del 2,1% en los dos años anteriores a la pandemia.
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La combinación de fuertes ganancias salariales y alta inflación refleja la naturaleza inusual de la actual recuperación económica. El paulatino regreso a la «normalidad» impulsó hasta las últimas semanas un fuerte aumento en la demanda. Sobre todo, en servicios en persona como restaurantes y los viajes que los consumidores rechazaron durante la mayor parte de la pandemia. Estas industrias por lo general crean empleos de bajos salarios.
Las empresas no pudieron contratar lo suficientemente rápido y aumentaron los salarios para atraer trabajadores. También y retener a los que tenían. Los empleados en trabajos típicamente mal pagados, como los de restaurantes, aeropuertos y hoteles, obtuvieron los mayores aumentos salariales. El crecimiento salarial anual para el 25% de los trabajadores con ingresos más bajos fue del 4,8% en agosto.
Esa fue la tasa de crecimiento más alta desde 2002. También estuvo ligeramente por encima del 4,7% alcanzado en los meses previos a la pandemia, cuando el desempleo alcanzó un histórico mínimo de 3,5%. El crecimiento anual de los salarios de los trabajadores con mayores ingresos, en comparación, fue del 2,8% en agosto.
Escasez, cuellos de botella y oros problemas
Al mismo tiempo, la avalancha de gastos chocó con la escasez y los cuellos de botella relacionados con la pandemia. Eso provocó que los precios de muchos bienes y servicios se dispararan este verano. La escasez de semiconductores para vehículos nuevos, por ejemplo, hizo subir bruscamente los precios de los vehículos usados y de alquiler. Los problemas de la cadena de suministro han persistido, manteniendo la presión al alza sobre los precios.
Si esta restricción sobre los ingresos reales de los trabajadores persiste o retrocede depende de la trayectoria tanto de los salarios como de los precios. La mayoría de los economistas esperan que la inflación en Estados Unidos retroceda un poco. Especialmente, en la medida en que disminuyan las interrupciones de la cadena de suministro. Para 2022, se calcula en la inflación en 2,5% y para el 2023 en 2,45% en 2023. Mucho más alta que el 1,8% en promedio de los 10 años anteriores.
También esperan que los factores que impulsaron los salarios bajos en el último año se desvanezcan a medida que disminuyen los cierres de escuelas, el miedo al Covid-19 y el apoyo federal a los ingresos. Todos esos factores parecen haber tenido algún papel en mantener a las personas sin interés en incorporarse a la fuerza laboral
Con información del The Wall Street Journal.
Equipo de Redacción. Econintech.org

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