La educación de hoy
La modalidad educativa a nivel mundial ha sido predominantemente presencial. Sin embargo, en algunos centros educativos, tanto de secundaria como universitaria se ofrece educación a distancia, y en el caso universitario cursos y algunas carreras on-line. Sin embargo, la mayor aplicación de la virtualidad se da en el exterior, en los países desarrollados.
En Venezuela previo a la pandemia por el Coronavirus, el uso de la virtualidad había sido muy tímido, excepto en las universidades donde se ofrecen carreras tecnológicas y otras afines.
Podría decirse que la pandemia forzó el salto de la educación presencial a la virtual.
En este escrito se hace referencia al rol del estudiante universitario, tanto en la educación presencial como en la virtual, y lo que se espera de él en el momento actual.
En la presencial, el alumno asiste a clases, se limita a tomar notas en su cuaderno, consultar la bibliografía recomendada y realizar las actividades, individuales o en equipo, asignadas por su profesor. Es un receptor de los conocimientos e informaciones ofrecidas por el docente en sus exposiciones.
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El rol activo lo ejerce el docente quien es el actor, el protagonista, el presentador mientras el estudiante representa la audiencia, es el oyente siendo su rol generalmente pasivo.
El contacto con el docente es en el aula o en su oficina. No hay oportunidad de repasar, revisar lo expuesto en clase.
Con frecuencia el alumno se queja de los profesores y de las instituciones educativas, en especial cuando le va mal en los exámenes.
No está consciente que el docente es sólo un guía, un facilitador del aprendizaje y que su formación, sus conocimientos los construye él mismo con su rol activo.
Es su propio interés, su voluntad de querer aprender para cubrir sus necesidades cognoscitivas y de formación, lo que lo hará asumir su rol protagónico en el logro de sus aprendizajes.
El docente seguirá siendo importante como facilitador del proceso, al igual que la bibliografía y las estrategias, pero el papel del estudiante es único en su formación. Para el buen estudiante no hay mal profesor ni malas instituciones.
El salto inesperado
El buen estudiante complementa las exposiciones con la bibliografía recomendada, consultas en internet, consultas a su docente, otros profesores y a otros estudiantes avanzados. Es inquieto, es un investigador, un creador de su propio conocimiento. Esto le servirá más adelante para transferir e innovar. Esto es válido para cualquier modalidad de instrucción.
Con la aparición de la pandemia, se forzó el salto hacia la educación virtual. En este país, un gran número de estudiantes y docentes no estaban preparados en el uso de dichas tecnologías, además de no disponer en sus hogares de los equipos requeridos y de sufrir constantes fallas en los servicios de energía eléctrica y de internet.
A pesar de estas dificultades hay que salir adelante. Es lo que han hecho docentes y estudiantes, al solicitar la colaboración de otros, para cumplir con sus responsabilidades.
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Tanto en la educación virtual como en cualquier otra modalidad educativa se requiere de un estudiante proactivo, protagonista de su formación.
Necesita conocimientos en el uso eficiente de las herramientas virtuales. Esto es vital en el momento actual. Debe eliminar la práctica de “cortar y pegar” en la elaboración de sus trabajos. Es deshonesta y no le permite pensar ni lograr sus aprendizajes.
Necesita trabajar en equipo interactuando a través de las redes. Este trabajo debe desarrollarse con responsabilidad, respeto, colaboración, honestidad y humildad. Los valores formados desde la infancia deben caracterizar su comportamiento.
El docente es igualmente su guía, su mentor pero, es el alumno el que debe asumir su rol activo, participativo, de constante búsqueda de información. Esto lo convierte en investigador, característica importante en un emprendedor e innovador.
Propósito y significado
Debe tener presente que estamos en la era del conocimiento, de la innovación, del auge de las tecnologías. Su actualización debe ser permanente, ya que el conocimiento es relativo, es cambiante.
Como futuro emprendedor debe estar preparado para responder a esos cambios y así satisfacer las necesidades de la sociedad. Aquí está el propósito de vida, de significancia, que todo ser humano debe buscar: el querer ser útil, el realizar actividades trascendentes para el bien de la sociedad.
Debemos tener presente que la educación da independencia, seguridad, eleva la autoestima. Nos hace dueños y protagonistas de nuestra vida y bienestar. Nos permite el desarrollo económico y social a través del emprendimiento, del trabajo.
Esta es la única manera para que un país progrese. ¿Quieres un país desarrollado? ¡Prepárate! Un país será lo que sus ciudadanos quieren que sea.
Por Neley Rueda Ramírez, Ph. D

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