Un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad.
Jeffrey A. Timmons, profesor de enfoque empresarial definió al emprendimiento como el proceso de tomar acciones humanas, creativas para construir algo de valor y buscar intensamente oportunidades independientemente de los recursos disponibles o de la carencia de estos.
Se necesita una visión, mucha pasión y el compromiso para orientarse hacia dicha visión. Algo similar a lo vivido por los astronautas del Apollo 11, Neil Armstrong, Mike Collins y Edwin Buzz Aldrin, quienes formaban parte del maravilloso equipo que emprendió una de las mayores aventuras de la humanidad que hizo exclamar la famosa frase “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”.
El Apollo 11, al igual que muchos emprendedores tenía una meta clara, bien definida en el tiempo y el espacio, distante y difícil de alcanzar; eso sí, era una meta compartida por una gran nación.
Los Estados Unidos de América habían aceptado el reto del presidente Kennedy aquel mes de mayo de 1961, cuando ante el congreso de su país asumió el duro compromiso de llevar un hombre a la luna y que regresara a salvo a la tierra antes de finalizar la década.
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Indudablemente la luna estaba visible para el mundo, al igual que muchos emprendedores sueñan con la esperanza de ver nacer su propio negocio.
Ahora bien, los emprendedores requieren en muchos casos de un Saturno V lleno de combustible que le de las fuerzas requeridas al equipo de trabajo bien entrenado para ese maravilloso y estruendoso despegue.
Tal como lo experimentaron Aldrín, Collins y Armstrong, para pasar luego a depender de los escasos recursos propios de una nave espacial, que junto a los impulsores progresivos de las distintas etapas de separación, permitiera sortear la gravedad de la tierra y de esa manera, hacer que la nave Apollo 11 alcanzara la velocidad de escape para salir de la órbita terrestre e iniciar el vuelo por inercia hasta llegar a la luna.
Emprender sugiere dar un gran salto
Cuando se emprende una nueva aventura, no todo es color de rosas, no es fácil viajar al espacio, sin pensar que algo pueda salir mal.
Es necesario pensar en todos los detalles, rotar a tiempo el módulo de mando para evitar el recalentamiento de la parte expuesta al sol, cerrar correctamente las escotillas entre las distintas partes que forman la nave y lo más importante, aprender a controlar el miedo incalculable cuando algo sale mal, como ejemplo se cita, aquel olor a cable chamuscado, que tanto aterra a los astronautas y que sintieron de repente en la nave.
Acaso ¿no es ese el mismo temor que experimentan los emprendedores cuando las ventas no terminan de salir?. De allí la importancia de un equipo bien entrenado, para buscar soluciones con recursos escaso.
Por eso Collins se puso serio al percibir aquel terrible olor, inspeccionando y tratando de determinar que todo estaba funcionando bien durante la misión espacial.
Del mismo modo, el equipo emprendedor monitorea su naciente negocio y da vuelta al asado las veces que sea posible, toma decisiones y sigue adelante.
En este trajinar, es necesario que cada miembro del equipo haga lo que le corresponde hacer para avanzar en su ambiciosa secuencia; monitorea el sistema de control, vigila al cohete impulsor, al módulo de mando y al módulo lunar.
La tensión y estado de alerta es una constante, pues también llega el momento cuando el equipo tiene misiones separadas, orientadas a un mismo fin.
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En el Apollo 11, Collins se encargaría del módulo de mando (Columbia), mientras Aldrin y Armstrong irían al módulo lunar (Águila), “Tengan cuidado muchachos, hasta pronto” expresó Collins al ver a sus compañeros partir a la luna mientras él entraba en la mayor soledad enfrentada por un ser humano.
Para finalizar, es necesario decir a los emprendedores, que en muchos casos hay que actuar en momentos turbulentos y de poca certeza. Cuando a 10.700 metros de la superficie lunar se activa la alarma en la pantalla 1202, 1201, no hay mucho tiempo para pensar y reparar, hay que actuar y continuar, más aun, cuando el sitio de alunizaje no es confiable, lo que obligó a Armstrong a tomar la palanca de control manual.
Maniobró con maestría, con precisión y con escasos 20 segundos de combustible en el motor de ida, alunizó. ¡Si, lo logró! Exclamaron millones de seres humanos en la tierra.
Ahora bien emprendedores del planeta tierra ¿En dónde hay más recursos, en la nave emprendedora ó en el Apollo 11? Recursos escasos… Pensemos en Neil, Mike y Edwin aquel 20 de julio de 1969.
Dar un gran salto con convicción, al éxito.
Por Joel Alberto Torrez
Bibliografía
Selecciones del Reader´s Digest. Febrero 1991. Hombres del planeta tierra.

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