Dar significado y propósito a la vida
A diferencia de otros seres vivos, el ser humano fue dotado de inteligencia, habilidades, destrezas y talentos, los cuales debe desarrollar y emplear para obtener su propio bienestar y contribuir con el de otras personas.
Para los creyentes católicos, el libro del Génesis de la Biblia, en el Capítulo III, versículo 19, es muy claro cuando expresa: “mediante el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a confundirte con la tierra de la que fuiste formado…” Por lo tanto, el ser humano debe ocuparse y trabajar para buscar su propio sustento.
En referencia a esto, llegada a la mayoría de edad, nadie debe ser una carga para otros, a menos que estén inhabilitados física o mentalmente. Cada quien en su adultez debe ser responsable de su propio bienestar, el artífice de su futuro, de su progreso y de su felicidad. Cabe preguntarse: ¿cómo lograrlo? Simple: preparándose, estudiando una profesión, un arte, un oficio, con un alto nivel de excelencia, para que pueda asegurarse un lugar en el mercado ocupacional.
Siempre se resalta a la familia como el núcleo de la sociedad. Su rol es fundamental en la formación de valores en los niños de hoy, hombres y mujeres de mañana. Es allí donde se aprende la disciplina, responsabilidad, respeto a las personas, respeto a la propiedad, el gusto por el trabajo cooperativo y bien hecho.
Cuando al niño o al joven se le halaga por el trabajo bien hecho, resaltando sus capacidades e inteligencia, o cuando se le tiene que exigir por no hacerlo bien, se le está orientando, motivando hacia el logro, hacia el trabajo.
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Esta es una de las características de los individuos en países desarrollados, la alta motivación al logro. Se dice que un país es el reflejo de su sociedad. Si ésta está preparada, motivada hacia el logro, sus ciudadanos serán personas laboriosas, prósperas, con bienestar, independientes y el país reflejará desarrollo y crecimiento económico. Es decir, el país será lo que su sociedad quiere que sea.
De allí la importancia del valor hacia el trabajo y de la familia como núcleo de la sociedad. La familia es la gestora de los futuros emprendedores quienes con su formación, capacidad, creatividad y habilidades innovadoras ayudarán a solucionar problemas, satisfacer necesidades, facilitar el trabajo de otros, dar bienestar con sus procesos, productos y tecnologías, etc., a sus consumidores.
Aquí hay que resaltar la labor prosocial del emprendedor, según la escuela Austríaca; se trabaja para satisfacer las demandas de los consumidores, de la sociedad. Hay un beneficio mutuo. Se da y se recibe. Hay la satisfacción económica y psicológica por responder a las necesidades del cliente.
Esta satisfacción económica y psicológica le proporcionan al emprendedor seguridad, autoestima, importancia, lo hace sentir útil, capaz, valioso. Su acción va más allá de su propio beneficio. Está beneficiando a otros. Esto le da significado y propósito a su vida. Está desempeñando un puesto en la sociedad, un lugar al cual todos debemos aspirar.
Dar propósito y significado a la vida ayuda a mantener una vida sana y longeva. Según Clay y Jhon en publicación del Mises Institute (https:/mises.org; August 25, 2020), las personas que ven sus vidas como significativas están motivadas a llevar vidas más sanas, toman decisiones que reducen el riesgo de mortalidad, se alimentan sanamente, hacen ejercicio, evitan el uso de drogas y alcohol.
Según los autores antes mencionados, la agencia existencial, o creencia de las personas en su capacidad para buscar y mantener el sentido o propósito en sus vidas, influye en una serie de creencias económicas.
Estudios demostraron que, a mayor agencia existencial había mayor probabilidad de tener una visión positiva hacia el capitalismo y motivación para iniciar su propio negocio.
Lo opuesto a la agencia existencial, según Clay y Jhon, es la sensación de falta de capacidad para desempeñar un papel significativo, para asumir un desafío o ver la oportunidad para hacer una contribución a través de su propio esfuerzo.
Termino preguntando al lector: ¿Le estas dando a tu vida significado y propósito para procurar tu propio bienestar, el de tu familia, el de otras personas y contribuir con el desarrollo y crecimiento económico de tu país? El trabajo dignifica da bienestar, independencia. ¿O vivirás el resto de tu vida a expensas de otros y de las políticas de bienestar social que el gobierno de turno ofrece sin poder cumplirlas, o, en su defecto, cumple muy por debajo de lo prometido?
Hay que tener presente que Dios nos dio inteligencia, capacidades y talentos. Está en nuestras manos aprovechar estos dones para beneficio propio, familiar y el del país.
Por Neley A. Rueda, Ph.D

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