La clave para que un emprendimiento permanezca en el mercado se centra en su dinamismo como base fundamental. Cada empresa es una combinación adecuada de recursos, estos deben cambiar y reestructurarse constantemente a medida que los mercados se transforman. Lo planteado anteriormente, es una de los pilares que sustentan al modelo de negocios austriaco. Esto puede ser una fuente inagotable de conocimiento en materia empresarial. Es notorio, que en materia económica el propio sistema de capital cambia y está siempre en constante evolución. De allí que el empresario austriaco se ve en la necesidad de barajar constantemente las combinaciones de los recursos con que cuenta, en otras palabras, la empresa cambia, se adapta y se ajusta para crear nuevo valor en respuesta a las exigencias del mercado y de su ambiente. Lo anteriormente expuesto, obliga a los empresarios a revisar en todo momento la combinación de los recursos disponibles para brindar el mayor beneficio al consumidor.
En ese orden de ideas, un emprendedor debe voltear la mirada hacia el modelo de negocio austriaco, con la intención de percibir algunas características propias del citado modelo, que aun cuando están definidas para otras latitudes, puede aportar elementos que permitan mejoras significativas en las herramientas básicas de su modelo empresarial. Toda empresa necesita definir un modelo empresarial, como mecanismo para lograr establecer los flujos de ingresos favorables y hacer rentable y sostenible la actividad económica. A tal efecto Hastings comenta que el papel fundamental de un empresario en la economía austriaca, no es otro que lograr una marcada empatía con los clientes, de tal forma que pueda percibir las insatisfacciones de los consumidores, lo cual no es más que ver una señal que demuestre que el consumidor no está experimentando el valor esperado del mercado.
Lo anteriormente expuesto, le permita al empresario austriaco reorganizar los distintos recursos disponibles en busca de solventar esa insatisfacción. Del mismo modo, el emprendedor debe entender que el valor es subjetivo en la mente del consumidor, por lo que se requiere del buen juicio para crear valor en medio de la incertidumbre. De aquí se desprende que la innovación surge como resultado de la soberanía del consumidor, del valor subjetivo y del espíritu empresarial, por lo que el proceso de innovar solo es posible si se logra comprender la mente del consumidor para desarrollar las capacidades y potenciar la asignación dinámica de recursos que den respuestas a esas necesidades del consumidor.
Del mismo modo, Hastings comenta que el modelo de negocios austriaco tiene su fundamento en la comprensión del valor subjetivo, esa es la base que cambia todo el sistema, pues el valor solo se crea en el consumo, es decir, solo el cliente crea valor al evaluar la propuesta y compararla con las expectativas esperadas.
Ahora bien, es necesario que el empresario pueda facilitar el valor pensando en clientes específicos, de donde debe partir la fase de diseño de una experiencia de valor para un público determinado elegido como clientes, para lo que requiere una comprensión profunda de los valores subjetivos de los mismos, por lo tanto, es necesario que el empresario aumente constantemente esa comprensión del valor y así generar nuevos conocimientos para el consumidor.
Para el autor antes citado, la clave del diseño de valor está en imaginar todos los elementos posibles de la experiencia subjetiva, empatizando con el cliente para abarcar todo lo relativo al contexto individual de cada uno, tomado en cuenta lo que hace posible a la propuesta de valor como una experiencia infinita, que haga que esta sea preferible a cualquier otra del mercado, que puedan sentir que el valor que están dispuesto a pagar por la propuesta es favorable y así lo evalúen siempre. Solo así un emprendedor puede dedicarse al montaje de valor efectivo, logrando una verdadera alineación al verificar que cada elemento de su propuesta de valor está en el horizonte de la preferencia de valor del cliente. Pero debe tener presente, que es solo el cliente quien sopesa los beneficios que percibe subjetivamente y los enfrenta con los costos que paga por ellos. Es muy importante tener presente los lazos de retroalimentación necesarios para recibir datos del mercado relacionados con la aceptación del valor propuesto, pues hasta la mejor propuesta de valor puede erosionar con el tiempo. Como dijo K. Lewin: No hay nada más práctico que una buena teoría. Aprendamos de cabeza ajena.
Por Prof. Joel Alberto Torrez
Bibliografía
Mises Institute. http://mises.org, Economics for entrepreneurs.
De Vos. R. (1994). Capitalismo Solidario. Lasser Press Mexicana, S.A. Mexico.

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