La Fe se constituye como un medio de conexión fundamental entre lo racional y lo Divino. Si no existe fe y convicción en lo que hacemos, es muy difícil lograr metas importantes en la vida. Este principio se aplica al trabajo, a los estudios, a los negocios y cualquier otra actividad que emprenda una persona. Esa fe es requerida con mayor fuerza en los nuevos negocios, pues estos presentan muchas caídas, unas más fuertes que otras, que requieren enfocar la mirada en lo alto para visualizar la solución del problema con la bendición de Dios. Lo antes planteado, se puntualiza en la carta del apóstol Pablo a los Colosenses, en su capítulo 3:23 donde dice: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor…” ese es el mejor camino para llegar a la meta.
El párrafo anterior, me permite narrar la experiencia del inicio de una ruta bendecida, específicamente en la recuperación de la salud, motivado a un problema que me afectaba desde hace más de dos años. En ese sentido, venia presentando un Bocio en el lóbulo derecho de la tiroides que ameritaba ser intervenida quirúrgicamente, por lo que había ejecutado varias acciones en clínicas privadas y en hospitales públicos, sin poder visualizar una posible solución; en las primeras, su alto precio, en los segundos, por sus largas colas en las listas de esperas motivado a la crisis hospitalarias agravada por al coronavirus.
Esta situación ocasionó, que aquel lluvioso domingo de finales de septiembre, me sintiera algo triste, dado que lucía cuesta arriba lograr los recursos para una posible cirugía, cuyo costo podía estar cerca de los 4.000 dólares. Mientras trataba de leer un poco de filosofía, mis dos gatos, como percibiendo mi honda preocupación, se acostaron cada uno en un costado de la cama, para dar el nombre a este escrito: Dos gatos y un Caballero, reflexiones de un profesor para buscar soluciones a un problema de salud. En eso estaba, cuando recibí la llamada de mi esposa quien quería darme el número de celular del Dr. Andueza, cirujano que recientemente había intervenido a una de sus amigas en un complejo problema de tiroides. Mientras acariciaba las cabezas de Camerún y Camila, mis dos gatos, llegaron a mi memoria los intentos anteriores que había emprendido sin éxito.
Ahora bien, es aquí dónde comienza una ruta bendecida. Tenía que volver a intentarlo, eso es lo que enseño a mis estudiantes en materia de emprendimiento. Así que guardé el papel con el número del celular del Doctor. El lunes me levanté convencido de que cuando Dios toma el control de las cosas todas las puertas se abren y todo encaja a la perfección. Esto llevó a Einstein a afirmar que “Dios no juaga a los dados con el universo” y en otra oportunidad mencionó que lo más poderoso que una bomba atómica, es una idea a la cual le ha llegado su momento. En palabras de un cristiano practicante sería, que el tiempo de Dios es perfecto y todo tiene su hora bajo el sol.
Convencido como estaba, llamé al Dr. Andueza y lo que recibí como respuesta fue algo tan maravilloso, que sirvió para poner en práctica mi fe, al saludarle e identificarme, el Dr. Me contestó “Joel como estás, estaba esperando tú llamada” esa hermosa respuesta cambió radicalmente la forma de ver el problema, comencé a creer que Dios estaba obrando y pronto podía ver una salida favorable. El día martes fui a la consulta para evaluar las opciones y en la tarde recibí el presupuesto de la cirugía en el Hospital Rotario de Barquisimeto al oeste de la ciudad. Sin embargo, como humano también me embargo la duda, como recaudar unos 1.600 dólares cuando se cuanta con un salario mensual equivalente a 10 dólares.
Por otra parte, es bueno mencionar que todo emprendedor debe cobrar conciencia que cualquier problema que tenga en su vida, en su familia y en su negocio debe visualizarlo en el futuro como una solución, pidiéndole a Dios por su situación y por tantos problemas de la humanidad. Cuando Dios toma el control de los problemas, todo encaja y se desencadenan bendiciones que nosotros mismos, a veces no somos capaces de entender. Por eso el día miércoles, cuando los compañeros de Econintech se ofrecieron para realizar la campaña de recaudación de fondos en el exterior, pude comprender un poco más la práctica de la fe y que Dios estaba construyendo su gran obra. Así fue como el día 06 de octubre inicio la campaña y el día 23 de octubre, la cirugía era una realidad. Las oraciones y las bendiciones de tantas partes del mundo se habían materializado y habían superado lo racional del ser humano. Mi eterno agradecimiento a Dios y a todos los compañeros, estudiantes y amigos por el apoyo brindado.
Por Prof. Joel Alberto Torrez
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