A continuación, se presenta la traducción de la primera parte de este artículo, por considerar su importancia e impacto de las políticas económicas aplicadas por Hong Kong y cuyos resultados, como lo dice el autor del mismo, representan un milagro económico, lograble por otros países que sigan su ejemplo.
Hong Kong hoy en día es una puerta de acceso a China y al resto de Asia para los inversionistas extranjeros, y una de las sociedades más ricas del mundo. Su PIB por persona es más alto que el de los británicos (40% más alto). Aún más, después de la Segunda Guerra Mundial, este minúsculo territorio del Imperio Británico, sin recursos naturales, experimentó los problemas de un país en desarrollo, con una población pobre en rápido crecimiento. En 1960, el promedio del salario por persona era sólo de 28% de lo que ganaban los residentes de la lejana madre patria en ese momento. ¿Cómo se explica este milagro económico y el dinamismo continuo de la economía de Hong Kong?
De la Pobreza a la Riqueza. Al finalizar la ocupación Japonesa en 1945, la economía de Hong Kong estaba completamente desbastada. Además, con el embargo comercial junto a China, durante la guerra de Corea, Hong Kong no pudo mantener la economía de puertos, sobre la cual descansaba una gran parte de su actividad económica tradicional.
El territorio, sin embargo, se las arregló para encontrar nuevas fuentes de desarrollo que fueron la base de su despegue industrial en los años 1950. Se beneficiaron de la llegada de cientos de miles de refugiados que huían de la guerra civil y buscaban empleo, así como de los empresarios, conocimientos y dinero de Shanghái, la gran ciudad capitalista China del momento.
Los empresarios de Hong Kong crearon un impresionante número de pequeños y medianos negocios durante este período, especialmente en el sector textil. Estos pequeños y medianos negocios (SMBs por sus siglas en inglés), gradualmente se diversificaron en ropa, productos electrónicos y plásticos, y su producción cubría esencialmente la creciente demanda de América del Norte y Europa. Su éxito fué extraordinario y sus exportaciones crecieron desde un 54% en PIB en los años 60 hasta un 64% en los años 70.
La rápida industrialización de los años 50, se debe a las condiciones en las cuales los derechos de propiedad, fueron protegidos, el poder judicial era independiente y las cortes imparciales, había un mínimo de interferencia por parte de las autoridades coloniales cuando se inició el comercio internacional.
Aún más, mientras el Reino Unido establecía en casa un estado de bienestar altamente intervencionista, el territorio disfrutaba de una extraordinaria política económica de libre mercado, personificada por Sir John Cowperthwaite, Secretario Financiero de Hong Kong desde 1961 a 1971. Pese a la oposición de Londres, pero con el apoyo de la comunidad comercial local, Cowperthwaite confió en el libre mercado, la no intervención del estado en la economía, una política presupuestaria estricta, un impuesto básico personal de 15% y un mercado laboral flexible.
Esta política económica, la cual promovía la competencia y un espíritu empresarial, creó las condiciones para un rápido crecimiento económico. Es durante este período que Hong Kong llegó a ser uno de los cuatro tigres asiáticos, junto con Singapur, Corea del Sur y Taiwán.
Entre 1961 y 2009, el PIB real por persona de Hong Kong se multiplicó por un factor de nueve. Hoy su PIB por persona es el decimotercero más alto del mundo. Por lo tanto, Hong Kong fué exitoso, sólo en pocas décadas, en transformar su economía en una de las más ricas del mundo.
De una Economía Manufacturera a una Economía de Servicio. La primera etapa de desarrollo de Hong Kong descansó en la industria manufacturera. Las reformas económicas de China continental y las políticas de apertura a los inversionistas extranjeros ofrecidas por Deng Xiaoping, iniciando el año 1978 cambiaron profundamente la naturaleza de la economía de Hong Kong en los siguientes años.
El sector manufacturero de Hong Kong comenzó a declinar a finales de 1970 debido al incremento de los precios de la tierra y al alza de salarios. Sin embargo, el incremento de la integración económica entre Hong Kong y China Continental permitió redirigir su producción hacia zonas económicas especiales en los límites que bordean la provincia de Guangdong.
Estas zonas, establecidas al inicio del año 1980, ofrecieron a los inversionistas de Hong Kong la oportunidad de ampliar su competitividad, apoyándose en la abundancia de mano de obra a bajo costo y a la vez, seguir disfrutando de las mismas condiciones de no intervención del gobierno Chino, tal como lo hicieron en Hong Kong. Desde 1978 hasta 1997, el comercio entre Hong Kong y la gente de la República de China creció en un porcentaje promedio anual de 28%. Al final de 1997, la inversión directa desde Hong Kong correspondió a un 80% de todos los inversionistas directos extranjeros en Guangdong.
Estos nuevos desarrollos alteraron la economía de Hong Kong significativamente. La parte industrial decayó de 31% en 1980 a 14% en 1997 y a 8% en el 2008. Por otro lado, el sector de servicios incrementó su parte considerablemente, de 68% en 1980 a 86% en 1997 y a 92% en el 2008.
Desde 1997, la economía de Hong Kong se ha convertido en un centro de servicios de alto valor agregado (finanzas, logística, consultor de negocios, comercio, etc.), tanto que el comercio chino intenta entrar a los mercados internacionales y a los comercios alrededor del mundo buscando acceso para los mercados de China continental y el resto de Asia.
(Continuará…)
Escrito por: Jean Francois Minardi
Traducción realizada por: Neley A. Rueda R, Ph D.

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