En 10 años, Brasil aspira a alcanzar 6 millones de barriles de petróleo diarios de producción mientras que Guyana y Surinam confirman la existencia de grandes yacimientos en sus lechos oceánicos.
Con la industria petrolera venezolana quebrada por años de malos manejos y corrupción, Venezuela ha dejado de ser una potencia energética.. Brasil ha tomado el testigo y en medio de los recortes de producción ejecutados por los países de la OPEP y sus aliados se ha quedado con mercados desatendidos por los países de ese cartel.
Brasil ha aumentado la producción total a un récord de 2.97 millones de barriles diarios en lo que va del año, frente a 2.6 millones en el mismo período de 2019. Eso lo convierte en el principal productor de América Latina.
La Asociación Nacional de Petróleo de Brasil también estima que la extracción de crudo se duplicará para el 2030. El desarrollo de los depósitos yacimientos off-shore juega un papel clave en esa expansión.

En medio de la crisis en que entró el mercado petrolero internacional, Brasil continuó con sus planes de expansión de la producción y se perfila como líder proveedor de Latinoamérica en Asia. Ese crecimiento en la producción lo ejecuta Petrobras junto empresas como Royal Dutch Shell, Exxon Mobile y Total.
En promedio, Asia importó un promedio de 1.07 millones de barriles por día de petróleo de Brasil en la primera mitad del año. 30% más que hace un año según los datos de flujos comerciales de Refinitiv Eikon. El 70% de todas las exportaciones brasileñas van directamente a China.
China también aprovechó los precios más bajos del petróleo en décadas para llenar el almacenamiento estratégico. «Si tuviéramos más petróleo disponible, China lo compraría», dijo el presidente ejecutivo de Petrobras, Roberto Castello Branco. Las exportaciones no se incrementaron en mayor medida por la recuperación de la demanda brasileña. Aún así, funcionó la estrategia de Brasil para expandirse en Asia.
El petróleo brasileño no solo ha ocupado el lugar dejado vacante por Venezuela. Las refinerías asiáticas están interesadas en el petróleo bajo en azufre que vende Brasil, ya que buscaban cumplir con las nuevas regulaciones marítimas para suministrar a los barcos combustible más limpio.
El petróleo proviene de los prolíficos depósitos off-shore de Brasil conocidos, en los que Petrobras y o cientos de miles de millones de dólares para desarrollar.El grado brasileño Lula, está sustituyendo a los venezolanos, Merey, y mexicano, Maya, como los crudos insignias de Latinoamérica en Asia. El petróleo brasileño es más ligero y dulce y se cotiza muy cerca del crudo de referencia Brent.
Guayana y Surinam

Estos dos países poseen una cuenca petrolífera común que pueden tener reservas de hasta 15.000 millones de barriles de petróleo. Surinam ha descubierto en 2020 dos importantes yacimientos petroleros «off shore». En uno de los yacimientos, el Maka Central-1, se han confirmado 300 millones de barriles. Sobre el segundo, llamado Sapakara West 1, todavía no se han hecho estimaciones.
Hasta hace poco se consideraba que Surinam tenía unas reservas de 99 millones de barriles, que al ritmo de su explotación actual dejaba dos décadas para agotarlas. Ahora, si logra atraer la inversión necesaria, Surinam podría sobrepasar fácilmente la alicaída producción petrolera de Venezuela.
Surinam tiene la intención de aprovechar esta perspectiva de bonanza de crudo para fortalecer a su compañía petrolera estatal, Staatsolie. Esa empresa se propone a expandir su presencia en el mercado de bonos en 2020 y cotizar sus acciones en Londres o Nueva York.
Esto serviría para recaudar hasta 2.000 millones de dólares para financiar la campaña de exploración de los próximos años por parte de la petrolera nacional.
Equipo de Redacción. Econintech.org
Con información de Reuters.

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