En los estados modernos es necesario hacer que la figura presidencial, o en todo caso la del primer ministro, es decir, la encarnación de la centralización del poder político, importe lo menos posible y llevar el centro de la actividad y de la toma de decisiones al nivel más cercano al ciudadano.
En cualquier ámbito de la acción humana a la especie le va mejor mientras actúe organizándose en grupos. Y mientras más grupos se puedan crear, con diferentes criterios y diferentes intereses, mejor, pues las cosas buenas prosperan y se replican. La descentralización es un aliciente para la generación de riqueza y también un elemento de control de las burocracias estatales.
En el libro Prosperidad y Libertad de Econintech, editado por Rafael Acevedo, director y fundador de la organización, la descentralización es un tema recurrente en las principales reformas que se proponen para una Venezuela que habrá que construir en el futuro próxímo.
“Descentralizar es fundamental”, dice Acevedo y explica que su importancia es crítica sobre todo para evitar que una burocracia se adueñe indefinidamente del poder y lo mantenga de una manera cuasi hereditaria. Es decir, es clave al evitar que una corporación (política, empresarial, militar, o de cualquier otro origen) conserve el poder político durante un período indeterminado de tiempo.
“Los sistemas descentralizados serían más fáciles de auditar para los individuos. Igualmente, la tarea de privatizar se hace mucho más sencilla, clara y transparente sobre entes descentralizados”, agrega Acevedo. Advierte también que la descentralización no es un remedio definitivo para todo pero que sí minimiza las posibilidades de corrupción, tráfico de influencias y el manejo hegemónico del poder por parte de una élite.
ACLARATORIA: En Venezuela no hubo ninguna descentralización, solo se intentó un modelo que fracasó principalmente por diversas razones pero la principal es que sin independencia financiera es muy difícil lograr que un territorio cualquiera sea realmente autónomo en lo político. Otra razón (en cercana relación con la primera) fue que nunca se trató de un movimiento genuino de movimientos políticos locales buscando autonomía, sino que paradójicamente era una decisión del poder central.
Cuando más es mejor
La descentralización es también un fenómeno que explica en gran parte por qué Europa logró un desarrollo económico envidiable antes que cualquier otro lugar en el mundo. En este atículo del economista Louis Raouet se explica como desde la edad media, la atomización de la administración política en Europa favoreció el florecimiento del comercio y de las actividades económicas. Aunque las aristocracias gobernantes se opusieran a la libertad de sus súbditos, se vieron forzados a garantizar cierta autonomía porque sino, en esa época de fronteras permeables y abiertas, la gente simplemente se trasladaba al territorio vecino en donde las condiciones fueran mejores o se tornaba al mercado negro.
Este esquema repetido durante un largo período de tiempo contribuyó para que los habitantes del viejo continente lograran lo que que se conoce como el “milagro europeo”, expresión se refiere a que fue en Europa donde los seres humanos lograron acumular años consecutivos de crecimiento económico per cápita, gracias en parte a la relativa falta de restricciones políticas que existían allí, en comparación con, por ejemplo, el lejano Oriente.
Entonces, la descentralización del poder político, contribuyó a que existiera competencia institucional entre las autoridades que regían cada territorio y crearon condiciones para que surgieran la creatividad humana y en consecuencia, la economía.
Igualmente, el éxito de los Estados Unidos de América, se debe precisamente a que son “estados unidos”. Cada uno de ellos tiene una autonomía política envidiable, más allá de que el poder del gobierno federal siga incrementándose constantemente. La autonomía e independencia política y económica que tienen cada uno de los estados de la unión fueron y son un caldo de cultivo no solo para el crecimiento económico sino también de las libertades individuales.
Control de daños
Hay otro beneficio de la descentralización y es la capacidad de minimizar el daño que puedan realizar personas en posiciones de liderazgo, sobre todo con cargos de elección popular. Para explicar este punto es útil el argumento dado por el matemático (y prolífico usuario de Twitter) Nassim Taleb en el prólogo de su libro “Jugarse la piel”, en el que recomienda la descentralización porque en la actualidad los sistemas políticos hacen que quienes toman las decisiones sean totalmente inmunes a las consecuencias que esas decisiones tienen. Sobre todo, y especialmente, cuando esas consecuencias son negativas.
Esta condición no solo alienta la toma irresponsable de decisiones equivocadas y facilita que sean los más irresponsables sean los que lleguen al poder, sino que, y esto es lo peor de todo, impide que se aprenda de los errores anteriores.
(Taleb, quien es un personaje de opiniones poco populares y bastante polémicas, ha sido nuevamente reivindicado por la realidad. Hace poco se conoció que un fondo de inversión asesorado por él obtuvo 3600% de retorno en el mes marzo, en medio del pánico global por la pandemia).
Taleb sugiere el principio: Quienes no asumen riesgos por si mismos, es decir, los que no ponen su propia piel en juego, no deben estar nunca a cargo de tomar decisiones. Argumenta que esa idea ha acompañado a las sociedades desde siempre y que por ejemplo, los promotores de la guerra de épocas anteriores eran guerreros que iban a la batalla.
Qué recomienda Taleb:
“Y uno puede preguntar, ¿qué podemos hacer dado que un sistema centralizado necesitará automáticamente personas que no estén directamente expuesta al costo de sus errores? Bien, no tenemos otra opción que descentralizar, tener menos de esas personas. Pero no hay que preocuparse, si no lo hacemos , se hará solo, de la manera difícil: un sistema que no tiene un mecanismo en el cual se ponga en juego la piel eventualmente colapsará y de esa manera se arreglará así mismo”.
Desarmar el entramado de poder central es una tarea urgente para los ciudadanos que deseen vivir en libertad en cualquier lugar del mundo. Desde el punto de vista del ciudadano libre y responsable, descentralizar le da un nuevo sentido a la famosa frase atribuida varios estadistas: «Divide et impera».
Divide y vencerás.

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