Luis Cirocco es uno de los fundadores y directores de Econintech. Lidera el equipo de fellows que en Venezuela forman parte de una vanguardia que está asentando las bases para construir en Venezuela un movimiento que esté a favor de la libertad económica que trascienda los círculos académicos e involucre a estudiantes, emprendedores y gente de todos los estratos socioeconómicos.
Cirocco tiene una visión muy clara que combina lo idealista de ser fiel a lo que cree sin perder el contacto con la realidad en la que se mueve. Consciente de los retos que tiene por delante para ayudar a construir un futuro de libertad y prosperidad, Cirocco nos dio su opinión sobre el trabajo por la libertad en Venezuela.
P.¿Cuáles son los retos para promover el liberalismo en Venezuela?
Luis Cirocco: El arraigo crónico de valores contrarios a las libertades individuales en nuestra cultura (desde los tiempos de la colonia y la Independencia); los intereses particulares de élites de poder político y económico que no están dispuestas a renunciar a sus privilegios y que encuentran el piso intelectual perfecto en muchos economistas y académicos de renombre; la muy pobre calidad de nuestras instituciones, que lejos de limitar el poder al mínimo necesario para establecer un marco de respeto por los derechos naturales, moldea la conducta de los ciudadanos para convertirnos en una sociedad de saqueadores y de cómplices, y nos convence –además– de que eso está bien o de que estuvo bien en el pasado, hacen que Venezuela sea un escenario particularmente difícil para la promoción, y posterior materialización, de un liberalismo auténtico.
Vencer las fuerzas inerciales es todo un desafío. Desenmascarar nuestra economía para mostrarla como lo que es en realidad, un socialismo expansionista que no inició en 1999 sino que lleva, al menos, seis décadas en efecto; contribuir a generar un nuevo liderazgo político y empresarial que defienda la libertad e implemente los cambios estructurales (de fondo) que requerimos; mostrar a la juventud, con base en la teoría económica y la evidencia empírica, el país de ensueño que seremos cuando abracemos la auténtica libertad; contribuir a arraigar esos valores morales en nuestra cultura, son retos inmensos que veo por delante y que hemos ya comenzado a enfrentar. Pero, sin lugar a dudas, para poder dar continuidad a nuestro proyecto, el financiamiento transparente es fundamental, y ello supone –quizás– el reto más grande que encaramos hoy en día.
P. ¿Qué crees que es lo más importante que está haciendo Econintech para promover el liberalismo en Venezuela?
L.C.:Influir en los valores de los ciudadanos, especialmente de los jóvenes, y mover la frontera del conocimiento con investigación de primera línea.
Por un lado, a través de cursos, seminarios, conferencias, talleres, diseminamos los valores liberales en los que creemos y los contrastamos con los que están actualmente anclados en nuestra cultura, a la luz de la evidencia empírica, de la teoría económica seria y del humanismo ius naturalista. Nos esforzamos por formar verdaderos liberales. Fomentamos mucho el emprendimiento como herramienta para dejar de depender –lo más que se pueda– del estado.
Por otro lado, a través de la investigación con profesores aliados de universidades en los Estados Unidos y Europa, así como con aliados institucionales de alto calibre, generamos papers académicos y libros que nos distinguen y que formarán parte del patrimonio intelectual que servirá de base para el nuevo liderazgo que ha de emerger en la sociedad venezolana. Hemos participado en algunas publicaciones en prestigiosos journals internacionales, como es el caso de Economic Institutions and Comparative Economic Development: A Post-Colonial Perspective, publicado en el World Development Journal, uno de los de mayor factor de impacto a nivel mundial en su categoría; o del libro «Prosperidad y libertad: lo que Venezuela necesita», en el que también participa el prestigioso economista liberal venezolano Dr. Hugo J. Faría, Senior Researcher and Policy Consultant de Econintech; el Dr. Rafael Acevedo, co-fundador de Econintech y editor del libro; y la reconocida Dra. María Lorca-Susino de la Universidad de Miami; a quienes se suman el Dr. David Gordon, el Dr. Steve Hanke, el Dr. Walter Block, el Dr. Robert Lawson y el filósofo Jeff Deist, entre otras muy destacadas personalidades de la academia mundial.
Lo que hacemos forma parte de nuestro ámbito, misión y visión, y pretende ser sólo una de las aristas que hay que abordar para producir un cambio real y duradero en Venezuela.
P: Al observar la cantidad de agrupaciones y organizaciones, e incluso individualidades, que actualmente hablan de ideas liberales en Venezuela, ¿se puede decir que existe un movimiento liberal con una agenda común aun cuando trabajen por separado?
L.C.: Pienso que un gran número de principios e intenciones que mueven a los verdaderos liberales en Venezuela (no a los que se hacen pasar por liberales para confundir o para corroer las cimientos de cualquier movimiento auténtico que pueda surgir) tienen –como es lógico– una notable base común. Sin embargo, desde mi humilde punto de vista, todavía hay mucho que recorrer para que una agenda convenida, pero que respete los fundamentos esenciales del liberalismo, se consolide a lo largo y ancho de todo el país.
P: ¿Cómo es el público que asiste a las actividades de Econintech?
L.C: Aunque nuestros eventos son abiertos para todo público, salvo en contadas ocasiones en las que la organización anfitriona restringe la asistencia sólo a sus miembros, puedo afirmarte que el 85-90% de nuestro público es gente joven, en su mayoría estudiantes, profesionales y pequeños emprendedores, de todas las clases sociales.
P: ¿Cómo responde esa audiencia al mensaje de libertad que lleva Econintech?
L.C.: Desde finales de 2015, cuando nacimos, la receptividad del público ha sido excepcional. La gente sale muy complacida de nuestros eventos. Muchas personas, en Venezuela y en el exterior, se vuelven seguidoras asiduas de nuestra labor y participantes activos del proyecto. El mensaje cala y cala muy bien en la inmensa mayoría de la audiencia. ¡Imagina nuestro alcance si tuviéramos el financiamiento necesario!
P: ¿Cómo visualizas el impacto del trabajo de Econintech en algunos años?
L.C.: Creo que el alcance del trabajo de Econintech, y de toda la auténtica comunidad liberal, será mucho más amplio, con el favor de Dios; es uno de mis mayores deseos. La tarea es colosal y de largo plazo en este país, pero debemos ser perseverantes y consistentes en nuestras acciones, pensamientos y palabras. A pesar de las críticas, debemos continuar.
Visualizo un liderazgo político y empresarial que abraza honestamente las reformas propuestas por Econintech y las implementa, que emerge de la sociedad civil en la que hemos sembrado la semilla de la libertad desde 2015. Es decir, visualizo el día en que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable (parafraseando a Milton Friedman). Lo que no te puedo decir es cuándo ocurrirá. Estamos conscientes de que no será en el corto plazo.
P: ¿Por qué crees que la mentalidad estatista y colectivista está tan arraigada entre la ciudadanía venezolana?
Es un tema cultural fundamentalmente, que a su vez tiene cierta vinculación con las instituciones que heredamos de la colonia. El anclaje de gran parte de la población a esa mentalidad también ha sido progresivamente profundizado por los gobiernos en las últimas seis décadas.
Una parte del problema tiene su raíz en el sistema educativo, controlado a todo nivel por el estado, que decide qué se debe enseñar y qué no, que genera no solo dependencia crónica en las mayorías sino –pero aún– admiración. Y esto no es algo exclusivo de los últimos 21 años.
Los medios de comunicación social también tienen su cuota de responsabilidad, es decir, lo que ellos diseminan e informan –o mejor dicho, lo que desinforman. Si en algún espacio televisivo, radial o impreso tradicional se habla de libertad económica, sólo se hace para satanizarla y no con el foco puesto en el inmenso beneficio para la población (pero costo alto para las élites de poder) que traería. Esto tampoco es algo exclusivo de los últimos 21 años.
P: ¿Por dónde debe empezar el cambio en la política económica venezolana?
El sistema económico en Venezuela debe reformarse por completo. Muchos problemas deben abordarse, pero en concreto dos son las más grandes reformas que requiere la economía venezolana para enrumbarse por un sendero de prosperidad sostenible y duradera: 1) la privatización del negocio petrolero y de todos los recursos naturales con participación accionaria de los venezolanos, junto con la entrega de toda la renta petrolera en dólares a los ciudadanos en sus cuentas para eliminar las fuentes de financiamiento independiente de los gobiernos; y 2) la implantación de un sistema de libertad monetaria, con eliminación del curso forzoso de cualquier moneda en la Constitución y con la posibilidad de que la banca privada también emita dinero respaldado en oro u otros bienes, sin banco central.
Otras medidas de gran importancia serían: la eliminación unilateral de todos los aranceles y trabas al comercio internacional para no encarecer el costo de vida a los venezolanos, la eliminación de todas las trabas a la exportación, la reducción al mínimo necesario de la carga impositiva (tres impuestos solamente) a los ciudadanos y a las empresas, la consagración de la propiedad privada bien habida como derecho inalienable de todo venezolano; la reforma de las leyes laborales de manera que el mercado de trabajo en Venezuela se flexibilice al máximo y se incorpore a los mercados internacionales; entre otras.
Como puedes deducir, ninguno de los políticos y empresarios mercantilistas que tenemos hoy en la palestra estaría dispuesto a implementarlas, ni de un bando ni del otro. En Econintech, estamos claros en esto y por eso trabajamos para el futuro desde el presente.
P: ¿Qué falta en las propuestas políticas que actualmente tienen mayor preeminencia en Venezuela?
Aunque mi ámbito más natural no es el político, quisiera comentarte dos aspectos que vemos como estrictamente necesarios: los municipios deben sostener al gobierno federal y no al revés; y todos, absolutamente todos, los cargos públicos que deban permanecer en la nueva Venezuela tendrán que estar sujetos a elección popular, con períodos de 4 años y sólo una posibilidad de reelección. Espero esto responda a tu pregunta.
P: Y por último, una pregunta de actualidad. ¿Crees que la actual emergencia por pandemia en el mundo pueda ser una oportunidad para que el público reconsidere su relación con los estados omnipresentes o crees que la agenda estatista y colectivista avanzará en todo el mundo?
No podría decírtelo ni me gusta hacerlo, por la naturaleza impredecible de la acción humana en sí, por un lado, y por las influencias y el alto poder de los gobiernos actuales, por el otro. Sin embargo, te respondo con lo que yo quisiera que pasara: que los estados se vean limitados en poder cada vez más; que la gente se abra a dar la batalla cultural leyendo, investigando, contrastando realidades; que el mundo tienda a ser cada vez más libre, lo cual incluye fundamentalmente el ámbito económico. La libertad supone responsabilidad.

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