Lo expresado en este artículo es opinión de su autor; no necesariamente refleja la postura de Econintech.
Devaluación + Depreciación = Debaclevaluación
En correspondencia con el artículo publicado en éste mismo espacio titulado: ¿Se “Pudrió” nuestra moneda?, de la misma autoría, en el cual se menciona las funciones que debería cumplir el dinero materializado en una moneda o papel moneda como también se le llama, en ésta entrega se tratará algo sobre la posible causa de la condición en la que se encuentra “El Bolívar” como signo monetario de la República Bolivariana de Venezuela.
Ahora bien, se ha escrito mucho sobre las diferencias entre depreciación y devaluación monetaria pero en ésta ocasión se emplearan ambos términos para señalar que en Venezuela se conjugan para diseñar un coctel tóxico para la economía de éste país, entre otras razones. En primer lugar y para llegar a esa afirmación se deben definir ambas cosas.
Entonces, la depreciación monetaria se presenta por la pérdida de valor de una moneda frente a otra en el mercado libre de divisas, cuando ocurre lo contrario se le llama apreciación. La devaluación, también es la pérdida de valor de una moneda local frente a las de otros países o extranjeras, no obstante, esa caída del valor de la moneda no se debe a la misma razón que en la depreciación, esto se debe a una jugada del gobierno local. A propósito, lo contrario a una devaluación se le llama revaluación.
Para continuar, y tomando como base el pensamiento de Milton Friedman, premio Nobel de Economía en 1976 por sus investigaciones y resultados en el análisis del consumo, la historia de la teoría monetaria y, sobre todo, por su demostración de la complejidad de la política de estabilización.
Asimismo, Friedman, además de defender el libre mercado, precisamente para favorecer la recuperación de economías en decadencia, propuso resolver los problemas de inflación limitando el crecimiento de la oferta monetaria a una tasa constante y moderada, esto último no ocurre en Venezuela por las constantes irregularidades en el Banco Central, se recomienda revisar: “15 años de violaciones a la autonomía del BCV” de Anabella Abadi, en Transparencia Venezuela.
En contraste, con lo que ocurre en Venezuela, además de la oferta de moneda nacional vía emisión de billetes por el Banco Central, es ilimitada, se crea o genera a discreción de los intereses del gobernante o de su grupo político, lo que se podría decir que el BCV es la caja chica del gobierno actual, en tanto que la de divisas es muy limitada (controlada) tanto que el organismo compite en precios con el mercado paralelo, por ejemplo, para el momento de publicarse éste artículo, vende cada dólar a 18.410 bolívares y el paralelo a la misma fecha 21.727 bolívares en promedio.
En consecuencia, la poca oferta de divisa genera escasez de la moneda más solicitada, en el caso de Venezuela es el dólar, el gobierno retiene la que necesita para cumplir con sus compromisos, que cada vez suman más. La devaluación aquí es inminente ya que estamos importando más de lo que exportamos, hemos caído en la producción y venta de petróleo, nuestro producto estrella, y sumado a la huída o fuga de capitales, más que eso, como lo indica Consecomercio, al informar que en Venezuela han cerrado alrededor de 500.000 empresas.
De lo anterior, se puede decir que existe depreciación porque la escasez conduce a elevar el valor de la divisa y devaluación por medidas, más que circunstanciales, discrecionales, es decir a juicio de intereses del grupo que gobierna, lo que a la postre conduce a preferir la moneda de mayor valor, que por racionalidad nos lleva a una dolarización de la economía, cosa que ya se practica desde hace un rato.
Referencias
El Nacional. Consecomercio. 500.000 empresas han cerrado en Venezuela. Recuperado: https://www.elnacional.com/economia/consecomercio-500000-empresas-han-cerrado-venezuela_179572/
Friedman, Milton. Biografía. Recuperado de: http://www.eumed.net/cursecon/economistas/Friedman.htm
Abadi, Anabella. “15 años de violaciones a la autonomía del BCV”. Boletines de Transparencia Venezuela 2017. Caracas.
Por Econ. Juan Carlos Correa
@juancitocorrea

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