Cuantas veces nos hemos preguntado el motivo por el cual, en la mayoría de países de Latinoamérica ganan las elecciones líderes populistas. Estos líderes cautivan a los electores a través de mensajes llenos de promesas que jamás podrán cumplir. Pero esa historia se repite una y otra vez. Para Axel Kaiser, el problema del populismo en Latinoamérica parece estar insertado en la cultura y en la vida de las personas de esta región.
Tanto es así, que el sistema de vida en América Latina parece estar profundamente marcada por las conductas individuales y estas llegan a hacerse colectivas. Por lo tanto, abarcan a casi todos los sectores de la sociedad. Las personas tienden a buscar lo fácil, les resulta mejor el hecho de poder robar antes que trabajar honradamente. Estamos acostumbrados a inventar excusas para justificar el llegar tarde a reuniones y al trabajo. Es más, en muchos casos aceptamos las más ridículas justificaciones, aun cuando sabemos que son falsas, sin embargo, las aceptamos como normales. A veces culpamos con propiedad a otras personas o sucesos cuando estamos conscientes que somos nosotros los propios responsables de los males de la sociedad.
Resulta muy frecuente observar en nuestro ámbito social, a personas molestas con el éxito alcanzado por los otros, atribuyendo las causas del sobresalir a un sin número de cosas negativas, sin que sean verdaderas, mientras en otras latitudes, es más bien frecuente que la mayoría valore el éxito. Tal vez por eso seamos subdesarrollados, con un alto nivel de pobreza y atados a gobiernos corruptos, tramposos y mediocres.
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Estos procesos mentales y malos hábitos sirven como principal soportes a los populistas, a quienes solos les basta realizar una serie de promesas incumplibles para atraer a las masas que esperan siempre los regalado y los fácil. Por eso considero que Latinoamérica amerita con urgencia un cambio significativo en su forma de educar. Se requiere de un modelo educativo liberador, que esté centrado en valores y que pueda llenar de honestidad las mentes de todos los estudiantes.
Se hace necesario una verdadera transformación de todo el sistema educativo de dónde egresen personas formadas y capacitas para guiar los destinos de estos países y de esa manera evitar el empobrecimiento progresivo que nos arropa y castiga. Es la única manera de evitar que el mensaje populista de redistribución de la riqueza, de la igualdad prometida, de quitarle al rico para darle al pobre, siga siendo como una melodía encantadora en el oído de los electores.
Lo anterior expuesto, hace necesario que Latinoamérica de un giro significativo en el timón del sistema educativo, para dar paso a uno centrado en cultivar los valores de honestidad, responsabilidad, trabajo, paz, libertad, entre otros. Es urgente dar paso a un modelo educativo transformador que sea incorporado en todos los niveles del sistema educativo, dejando de un lado las ambiciones personales y deseos de perpetuarse en el poder.
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Es la hora de dejar de pensar en líderes mesiánicos que no hacen más que despertar el mensaje populista que explota lo regalado, las compensaciones y las dadivas, esto solo conduce a una verdadera catástrofe económica. Cayendo como siempre en un elevado gasto público, medidas populistas del control del estado sobre la economía y repetidas promesas de igualdad, cuando en realidad nos hacen más desiguales y más pobres mientras los gobernantes viven llenos de abundancias.
Esto es posible si se enseña modelando la conducta deseada. Para enseñar a ser puntuales es necesario que los docentes sean responsables, que sirvan de modelo en lo bueno. Sustituir las clases tradicionales por dramatizaciones, simulaciones, estudio de casos y el análisis crítico de situaciones. Fortaleciendo el coraje que lleve a la búsqueda de la prosperidad por propios esfuerzos y con el trabajo creativo.
Es necesario comenzar a temprana edad con una educación de alta calidad, fortaleciendo el respeto al derecho ajeno, y sembrando con fuerzas el derecho a la vida, el derecho a la propiedad y el derecho a la libertad. Enseñando que para distribuir riquezas es necesario generarla y esta solo se genera cuando se deja a las personas actuar en libertad: de producir y de comercializar. Por lo tanto, se deja actuar en un libre mercado. Lo demás es populismo y eso es sinónimo de pobreza. Ya basta de cuentos chinos.
Por Joel Alberto Torrez.
Referencias.
Palmer, T. (2016). ¿Autocontrol o Control Estatal? Tú decides. CATO Students For Liberty. ATLAS.
Fundación Para el Progreso. Videos You Tube

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