Existe en la humanidad una gran cantidad de personas que no se conforman con ver las cosas como están, sino que siempre buscan nuevos caminos, nuevos horizontes y nuevos productos. Estos aventureros, llamados emprendedores, están siempre convencidos de la maravillosa “magia” de libre mercado. Es por eso que son capaces de emprender acciones, que en muchos casos representan verdaderas proezas transformado la vida de millones de seres humanos. Esas aventuras le dan simplemente un lugar eterno y especial en el mundo, en dónde perduran como visionarios de la humanidad. Casi todos tienen un elemento común, saben mirar con pasión al libre mercado.
Un emprendedor crea cosas, modifica las ya existentes o inventa nuevas formas y modelos para iniciar un proyecto. Casi siempre se mueve en ambientes turbulentos y mercados libres y cambiantes que reaccionan y se acomodan para dar paso a personas dinámicas, creativas, innovadoras y aventureras. Aunque la lista de estos personajes es bastante larga, el libre mercado siempre está en espera de surgimiento de nuevos protagonistas como Colón, Edison, Ford, Taylor, entre otros. Ellos solo creyeron que el libre mercado era una fuente inagotable de oportunidades.
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Ahora bien, un buen emprendedor es aquel que es capaz de comprender a plenitud el funcionamiento del libre mercado. Al abrir el entendimiento del libre mercado visualiza oportunidades y desarrolla lo que sabe hacer en un sistema de intercambio libre de mercancías, conviviendo con personas con derechos bien definidos y legalmente asegurados. Esa es la clave para que el mundo moderno pueda generar riquezas que garanticen la prosperidad de la humanidad. Un emprendedor comprende que el libre mercado representa más que esos, tal como lo menciona el Dr. Palmer, el libre mercado no es solamente un lugar de intercambio, como en tiempos pasados, en la actualidad se percibe como una serie de tormentas de destrucción creativa que cambia y se reinventa trayendo consigo un montón de artefactos, tecnologías y procesos que desplazan ordenadamente a los ya existentes.
Pero, esto no quiere decir que todo tienda a un caos constante, no, siempre va a prevalecer un orden espontaneo que se apoya en el estado de derechos y la garantía de estos derechos posibilita que los emprendedores puedan participar, con sus creaciones, en la libre competencia y en la medida de sus posibilidades. Del mismo modo, los emprendedores que aspiren tener éxito en el libre mercado, tiene que tener siempre presente el papel que desempeñan las reglas y normas que sostienen a los sistemas económicos libres y abiertos, tal como lo cita el Dr. Palmer, un emprendimiento dentro del sistema capitalista debe basarse en el rechazo al robo, al saqueo de los bienes ajenos y al choque constante de intereses. Por el contrario, debe estar centrado en el derecho a la vida, el derecho a la propiedad y el derecho a la libertad de buscar su propia felicidad.
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Es por eso que un emprendedor debe responder exclusivamente cuatro interrogantes fundamentales ¿Qué es lo que yo quiero hacer en la vida para vivir plenamente? De aquí se desprende una segunda interrogante ¿Eso que yo quiero hacer lo sé hacer bien? si las respuesta a esta interrogante es negativa debo entonces buscar la oportunidad de aprender. La tercera interrogante tiene que ver con el hecho de saber si ¿eso que yo sé hacer bien, es una necesidad sentida de la sociedad? Para llegar a poder determinar si ¿la sociedad está dispuesta pagar por lo que yo puedo ofrecerle? Estas interrogantes permiten ver con firmeza las virtudes del libre mercado.
Lo anteriormente expresado, es una de las bases fundamentales expuestas hace más de doscientos años por T. Jefferson en el preámbulo de la declaración de la independencia de USA, cuando expresó que todos los hombres son creados iguales y que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, entre los cuales se cuenta el derecho a la vida, el derecho a la libertad y el derecho la búsqueda de la felicidad. Para asegurar esos derechos, se constituyen gobiernos entre los hombres con el consentimiento de los gobernantes. Un sistema de gobierno se basa en principios, organizando sus poderes para el logro de la seguridad y la felicidad. Linda lección de política para Latinoamérica. Solo el libre mercado garantiza el camino a la prosperidad y a la felicidad reclamada por Jefferson. Emprendamos la marcha, el libre mercado marca el camino.
Por Joel Alberto Torrez.
Palmer, T. (2016). ¿Autocontrol o Control Estatal? Tú decides. CATO Students For Liberty. ATLAS.

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