Quien es libre es responsable. La libertad individual es la capacidad de poder elegir cualquier curso de acción sin coerción alguna, pero dentro de los límites que impone el derecho natural de los demás. En otras palabras, al ser libres tenemos la responsabilidad de no transgredir la vida, la libertad y la propiedad de otros.
Para ilustrar esto, deténgase a pensar en las siguientes cuestiones:
- Consumo hoy todo lo que me gano o ahorro e invierto para consumir mejor mañana.
- Estudio para aprender o para pasar el examen.
- Me copio en el examen o soy honesto.
- Emprendo o no lo hago.
Ahora, piense en éstas:
- Le robo dinero a alguien que confía en mí.
- Someto con violencia a alguien más débil.
- Difamo a un compañero de trabajo.
- Mato a un vecino.
¿Cree usted que puede actuar con plena libertad en el primer conjunto de situaciones? ¿Y en el segundo? ¿Qué diferencias hay entre el primer conjunto y el segundo?
Es claro que en las primeras cuatro cuestiones, las consecuencias de escoger libremente cualquiera de las alternativas que plantea cada situación recaen sobre quien decide, no en otra persona. En todo caso, esa otra persona podría ser afectada sólo en el sentido de que su condición actual permanezca igual debido a la decisión que usted tome, es decir, que no mejore, pero nunca que desmejore.
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En el segundo grupo de planteamientos, es evidente que robar, someter, difamar y matar a otro van en contra de la ley natural que consagra como derechos la vida, la propiedad y la libertad. La otra persona sí que está siendo afectada, y en sentido estricto su condición actual podría empeorar por la elección que usted haga: ¿La robo o no la robo? ¿La someto o no la someto? ¿La difamo o no la difamo? ¿La mato o no la mato?
Un ser humano cualquiera puede optar por robar, difamar, someter o matar a otro, en cuyo caso un límite a la potestad individual de decidir de forma libre qué hacer se justifica moralmente, dado que es necesario contar con mecanismos que hagan recaer, de alguna manera, sobre quien quiebra el derecho natural de otro las consecuencias de sus elecciones. Allí es donde se hace necesaria la figura del castigo, la prevención y la restricción.
El concepto de libertad individual, y de libertad en general, lleva atado de forma indisoluble el concepto de responsabilidad, la responsabilidad de respetar la vida, la propiedad y la libertad de los demás; la responsabilidad de valerse por uno mismo y de labrar nuestro propio futuro. Cualquier otra cosa, no es libertad sino desenfreno o libertinaje. No olvide: Quien es libre es responsable.
Ser libres como individuos implica poder decidir conscientemente sin coerción, pero sólo dentro de los límites que el derecho natural de los demás nos impone, y eso se llama “ser responsables”. Recuerde: Quien es libre es responsable.

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