El país enfrenta un colapso económico que está afectando a clases sociales que eran las privilegiadas del régimen comunista que ha ordenado cuarentenas obligatorias a toda la población y ha cerrado sus fronteras hasta con China.
Un acto tan simple como pintar un grafiti en una pared es un gesto enormemente disruptivo y casi revolucionario en un país como Corea del Norte. Y sobre todo si el grafiti ofende al amado líder supremo del país. La pintada en cuestión, apareció en el año nuevo gregoriano en Pyongyang, la capital norcoreana y decía: «KIM JONG UN HIJO DE P***. El mensaje seguía culpando al tirano porque la gente está literalmente muriendo de hambre en Corea del Norte.
La noticia llega de la conocida activista Yeonmi Park. Una desertora norcoreana que escapó los horrores del totalitarismo de la dinastía Kim cuando apenas tenía 13 años. Ahora, es una referencia para quienes abogan por la libertad y los derechos humanos de los habitantes de ese maltratado país. Park explica que Pyongyang es el corazón de todo el sistema político del país y sus habitantes tienen acceso a alimentos e incluso comodidades imposibles de obtener en otra parte del país.
En parte por esa razón, el grafiti se convirtió en una gran preocupación para la alta cúpula del país. En especial para el propio Kim. No solamente Pyongyang cobija a sus más acérrimos adeptos, sino que la naturaleza misma del régimen norcoreano envuelve al líder en una capa de semi divinidad. La activista Park explica que en ese país les enseñan que los Kim no son humanos normales. Son una especie de dioses que incluso no necesitan de las más básicas funciones corporales.
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Aún así, en medio de esa masa temerosa y con el cerebro lavado hay rebelión. Park dice que como los norcoreanos no pueden huir y la situación en el país se agrava, entonces la única opción que les queda es levantarse y pelear. Una posibilidad que tendría aterrado al dictador Kim, cuya salud tampoco estaría en la mejor condición de acuerdo con otros informes recientes.
Un dictador paranoico
La situación volvió muy paranoico al dictador Kim. De inmediato exigió que funcionarios del régimen se movilizaran para hacer tomar pruebas grafológicas de todos los habitantes de la capital norcoreana para hallar al responsable. Pyongyang tiene aproximadamente 2.830.000 habitantes. Es decir que las pruebas pueden tardar mucho tiempo o aparecerá un chivo expiatorio.
Cuenta la activista Park: «Los Kim pueden gobernar en Corea del Norte porque han logrado engañar a mucha gente. Les han hecho creer que son dioses. Cuando yo era niña, creía que los Kim podían leer mi mente como si fueran un dios. Y si yo tenía algún mal pensamiento sobre ellos lo sabrían y me castigarían. Entonces, pasar de ese estado mental a escribir ‘KIM JONG UN HIJO DE P***’. Es una transición destacable».
Park agrega que las cosas están tan mal en Corea de Norte que incluso hasta la gente favorecida y las élites que viven en Pyongyang están atravesando penurias. Hay alimentos para la élite, pero ya no hay azúcar, aceite para cocinar o mantequilla. Y todo esto porque en medio de la pandemia de COVID-19, el país cerró su frontera con China. Y es de ese país de donde vienen la mayoría de los productos que consumen los norcoreanos.
Además, denuncia que el régimen ha impuesto cuarentenas obligatorias, forzando a la gente a quedarse encerrada en sus hogares. De esa manera, agrega Park, Kim Jong Un intenta esconder los efectos del colapso económico que está viviendo el país. Y denuncia que esa situación se está convirtiendo en una bomba de tiempo humanitaria .
Con información de Daily NK.
Equipo de Redacción – Econintech.org

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