Liberalismo como una filosofía política
Aristóteles, el gran filósofo llegó a afirmar que “el hombre por esencia es un ser social y político”, esto tiene su origen en que consideró al ser humano como un animal sociable, mucho más que las abejas, por lo tanto, es el mejor de los animales cuando se va perfeccionando, pero cuando se aleja de la ley y de la justicia, resulta, casi siempre como el peor de todos. Aristóteles también pensaba que la justicia es el principio del orden de toda sociedad política.
La política puede ser vista como la doctrina y opinión del gobierno de un estado, es decir, la actividad de los que rigen asuntos públicos. Por lo tanto, la política puede servir de base para orientar a la sociedad a formar líderes para ser políticos en libertad.
McCobin, en su artículo El Principio Político de la Libertad, considera al liberalismo como una filosofía política que prioriza el principio de la libertad. Para este autor, toda filosofía política posee tres componentes entrelazados: justificación, principio y política. La justificación es un estándar utilizado para el beneficio de las mayorías, el respeto por la autonomía individual y una distribución justa de las cargas. Los principios por su parte, son considerados como planteamientos abstractos que manifiestan las creencias justificadas. Mientras la política, viene a ser la aplicación práctica de los principios para la solución de problemas específicos, tales como subir los impuestos, entre otras.
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Tomando en cuenta lo expuesto en los párrafos anteriores, un buen político debe enmarcar su accionar dentro de una filosofía política, que le dé prioridad al principio de libertad, dado que en sus actividades públicas debe procurar buscar el beneficio de la mayor cantidad de personas que habitan en una sociedad determinada. Entendiendo que en esa sociedad conviven: cristianos, musulmanes, judíos, budistas, agnósticos, ateos y personas que practican cualquier religión o credo, y él debe procurar la igualdad de derechos para todos. Fundamentos que resultan de marcada importancia en el liberalismo.
Lo antes expuesto no quiere decir que un político tiene que ser liberal obligatoriamente, sino que debe asumir y orientar sus acciones bajo el principio de libertad como esencia básica que orienta la conducta humana.
Tal como afirma McCobin, si bien el liberalismo no es una filosofía política integral, las personas pueden adaptarlo de acuerdo al compromiso con sus valores: el desarrollo humano, la autoestima, la razón, la felicidad, preceptos religiosos y la justicia.
Ahora bien, en gran parte del continente americano es muy frecuente escuchar a las personas quejas sobre los sistemas políticos de gobierno, como consecuencia de los desengaños que sufren por parte de los actores políticos.
En la mayoría de los casos desembocan en virajes bruscos hacia otros sistemas de gobiernos, los cuales terminan coartando la libertad, ampliando el control estatal sobre los medios de producción y violando los derechos fundamentales del ser humano, como único mecanismo para la permanencia en el poder.
Esto conduce a los países hacia modelos económicos errados que lleva a niveles de pobreza mayores, que a su vez utilizan como medio de dominación.
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Es más, equivocadamente, a la mayoría de los politiqueros les agrada hacer sentir a la población que sin ellos están perdidos y a la deriva, cuando en realidad es todo lo contrario. Los viciados sistemas políticos intervencionistas, no son más que cascarás vacías sin el apoyo de las personas, pero éstas últimas, en las débiles democracias latinoamericanas, caen en la trampa de los distintos procesos electorales y ejercen el voto a ciegas, sin ningún conocimiento básico de economía que les oriente la selección de una determinada propuesta electoral, si acaso existiera una propuesta factibles de implementarse con éxito y traer prosperidad a la sociedad.
Por todo lo expuesto anteriormente, me uno a la invitación de McCobin: los que quieran ser políticos en libertad, deben analizar las ideas liberales con mayor detenimiento, pero haciendo uso de la razón para leerlas, pensarlas, debatirlas y compararlas con otras filosofías políticas. Aceptando que todos tenemos el mismo derecho a la vida, a la propiedad y a la libertad. La prosperidad en ser libres, como ser un buen político en libertad, depende de usted.
Por Prof. Joel Alberto Torrez.
Bibliografía.
Palmer, T. (2018). Por qué la libertad. Tu vida, Tu elección, Tu futuro. CATO Institute. Econintech. ATLAS.
Vassallo A. (1982) Platón, Diálogos Socráticos. Editorial Cumbre, S.A. Mexico.

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