Al mismo tiempo que deprecia la moneda local, el gobierno de Alberto Fernández bloquea las vías transparentes para que los ciudadanos resguarden sus ingresos adquiriendo dólares.
Golpeada, como todo el mundo, por la pandemia, la economía argentina se derrumba. El fantasma inflacionario acecha y el futuro, una vez más, es bastante oscuro para el país austral.
El Dr Steve Hanke, especialista en políticas monetarias, calcula que la tasa inflacionaria para agosto es de 37% anual. Por primera vez, escribe un sorprendido Hanke, esa tasa no varía tanto de la oficial que ubicó a la inflación en un 40% en el mimo período.
Hanke sostiene que la oferta nominal de dinero ha crecido en un 50% anual en Argentina, cuando según sus cálculos ese crecimiento debía haber sido cercano al 11% para poder alcanzar las metas de inflación de los gobiernos.
“No es de extrañar que los argentinos traten sus pesos como papas calientes: intenten cambiarlos por dólares estadounidenses lo más rápido posible”, escribió Hanke en un artículo publicado en National Review.
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Acorde con la larga tradición intervencionista y contraria a la libertad de los ciudadanos para manejar su propio dinero, El Banco Central de la República Argentina restringió aún más en septiembre el acceso de los argentinos a los dólares estadounidenses en el mercado cambiario.

“Manteniendo el límite de compra de dólares para ahorros en $ 200 por mes, al tiempo que aumentaba los impuestos que pagan los ciudadanos por las compras de dólares. para pagar la deuda de la tarjeta de crédito o para ahorrar hasta un enorme 35%», detalló Hanke en su artículo.
La propuesta de Hanke es que, en lugar de limitar la libertad de los argentinos para usar su moneda preferida (es decir, el dólar), “Argentina guarde a su Banco Central con naftalina y al patético peso en un museo. Es hora de que Argentina se dolarice oficialmente”, sentenció el prestigioso economista.
Hanke considera que la tarea es de fácil realización. «A pedido del entonces presidente Carlos Menem, el Dr. Kurt Schuler y yo preparamos ‘Un plan de dolarización para Argentina’, publicado por primera vez en el Informe de expertos en comentarios sobre materias primas y divisas de Friedberg (1 de febrero de 1999).”
Aunque Menem no apretó el gatillo de la dolarización en Argentina, fue factible en 1999 y habría funcionado bien, como lo haría hoy.
“De hecho, le permitiría a Argentina evitar el caos monetario, la inflación altísima y las consiguientes devaluaciones e impagos que han arruinado a Argentina desde 1999”.
Con información de un artículo del Dr. Steve Hanke publicado en National Review.
Equipo de Redacción. Econintech.org

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