Lo expresado en este artículo es opinión de su autor; no necesariamente refleja la postura de Econintech.
Vive el mundo moderno momentos difíciles, justo en esta primera parte del siglo XXI, cuando los mercados, que ya lucían muy inestables, se ven de pronto amenazados por una pandemia denominada coronavirus, del cual aún la humanidad desconoce muchos detalles. Precisamente, es doloroso que en el mes de marzo, en el cual se celebra el día internacional de la mujer muchos países estén en cuarentenas para evitar posible propagaciones de esta reciente infección viral. Pero no es del citado virus al que se refiere este artículo, pues apostamos por el reacomodo del mundo a mayor brevedad. Está referido y dedicado a ese grupo de mujeres emprendedoras que han logrado mejoras en la calidad de vida de muchas personas en cualquier lugar de la tierra.
Es importante puntualizar que al final del siglo XX, ocurrieron muchos cambios en el sector empresarial a escala mundial, en el último tercio del siglo muchas mujeres se habían incorporado a la fuerza laboral y habían alcanzado grados universitarios que les facilitó ocupar cargos en la alta gerencia de las grandes empresas, pero ese auge se vio detenido sorpresivamente por los despidos masivos que ocurrieron en las grandes corporaciones que buscaban mejorar las ganancias y los beneficios para los inversionistas, tomando como base la incorporación de herramientas tecnológicas en la conducción de los negocios.
Lo antes expuesto, fue tal vez una de las razones que originó, en la década de los noventas del siglo pasado, que muchas mujeres decidieran convertirse en su propio jefe e iniciar sus emprendimientos; esto trajo como consecuencias un incremento impresionante en el número de nuevos negocios en manos del género femenino, dando empleo a una cantidad elevada de trabajadores en todo el mundo. Si bien es cierto, que muchas ejecutivas entendieron que la vida corporativa no proporciona garantía y seguridad laboral, también comprendieron que volverse empresarias traía ventajas importantes para facilitar el desempeño de los otros roles que cumple la mujer en la sociedad, entendiendo que no era solo cuestión de dinero, sino además una mayor flexibilidad en el horario de trabajo, que no se traduce en menos horas de trabajo, pero permite escoger cuando se realizan las actividades que se esperan desarrollar.
Ahora bien, Junto al creciente auge de la mujer en los negocios en la mayoría de los países del mundo, surge a su vez una gran variedad de instituciones que buscan analizar las condiciones en que nacen y operan los negocios en manos de este género, las mismas intentan brindar apoyo fundamental para el funcionamiento y crecimiento de esos nuevos negocios en un competitivo mercado mundial. A tal efecto, se hace referencia al reporte del Fondo Multilateral de Inversión (FOMIN) publicado en la página ConnectaAméricas, en el cual se mencionan aspectos comunes que tienen las mujeres propietarias de empresas en crecimiento en América Latina, entre esos aspectos se pueden mencionar que: a- La mayoría de las mujeres emprendieron por que vieron una oportunidad de negocio y no precisamente porque tenían una necesidad, lo que le da una posibilidad mayor de permanencia en el mercado; b- la mayoría de las mujeres emprendedoras tienen entre 30 y 40 años de edad, con una vida en pareja estable y con hijos; c- la mayoría proviene de familias emprendedoras (Padres) y cuentan con estudios universitarios; d- La mayoría enfrenta la falta de financiamiento con recursos propios, de amigos y de familiares cercanos y prefieren emprender en sectores conocidos; entre otros.
Del mismo modo, es necesario mencionar el trabajo de realizado por INCAE Business School: emprendimiento y género en América Latina, en una investigación que consideró a 342 emprendedores en 15 países, el mismo concluye que es necesario potenciar el emprendimiento de las mujeres, por lo tanto se requiere desarrollar programas más específicos de formación en negocios para apoyar al género femenino y mejorar el sistema de financiamiento. De igual forma muestra este estudio que existen diferencias en las percepciones y resultado de la actividad emprendedora entre mujeres y hombres, específicamente en lo relativo al estado civil y a los niveles de educación y formación para negocios que permita minimizar el nivel de discriminación en los emprendimiento en el género femenino.
Lo antes expuesto permite afirmar que no es casual que alrededor del 30 % de los nuevos negocios que nacieron en USA entre los años 2013 y 2017 sea propiedad de mujeres. Aun cuando tenga tengan una menor renta que los negocios en manos de hombres y que la mujer tenga que luchar por solventar algunos obstáculos que la propia sociedad les impone, tal como lo reseña LatinAmerican Post, por eso, hoy más que nunca, es necesario apoyar los emprendimientos en manos de las mujeres. Bienvenida Eva al mundo de los negocios.
Por Joel Alberto Torrez
Bibliografía
Harvard Business Review. (1999). La Iniciativa Emprendedora. Ediciones Deusto S.A. España.
Timmons j. y Spinelli S. (2007). New Venture Creation. Entrepreneurship for 21st Century. McGraw-Hill.
Web: LatinAmerican Post, ConnectAmericas y Incae Business School, emprendimiento y género.

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