Lo expresado en este artículo es opinión de su autor; no necesariamente refleja la postura de Econintech.
La vida de los ciudadanos que viven bajo un régimen dictatorial, sea éste de naturaleza militar, monárquico tradicional, de partido único de izquierda o de derecha, como se sabe, no es fácil. Para comenzar las restricciones a la libertad, en todos los sentidos, limitan enormemente todas sus actividades, truncan sus anhelos, aspiraciones de crecimiento personal, social y económico y lo más grave, es el irrespeto al derecho a la vida, torturas y desapariciones que se sufre, si se hacen críticas o se realizan actividades en su contra.
Como experiencia personal en cuanto a restricciones a la libertad, viene a mi memoria la vivida en un viaje a Moscú, en la época del comunismo soviético. Al inicio del tour, nuestra guía recogió y guardó todos los pasaportes del grupo, devolviéndolos al final del mismo, al salir de Rusia. Luego, informó lo que no estaba permitido hacer: salir a pasear por cuenta propia, sólo se podía, en grupo y con ella u otro guía turístico, conversar con los citadinos o con los empleados del hotel, entrar a bares, negocios u otros sitios frecuentados por los nacionales. Sólo se podían realizar compras en las tiendas para turistas, las cuales recuerdo, estaban surtidas tanto de artículos típicos nacionales como de una gran variedad de productos extranjeros. Un día, nos llevaron a una de estas tiendas. Cada quien compró lo que quería, excepto la guía, quien no tenía permitido hacerlo. Se le obsequió una caja de chocolates que ella seleccionó. Al continuar el recorrido del día, en una plaza, un policía detiene al grupo y le pregunta a la guía, por qué tiene esa caja de chocolates. Un poco turbada, ella contestó, no es mía, es de ellas y señalándonos, devolvió la caja.
Esto es un simple ejemplo de las variadas restricciones a la libertad, vividas por un grupo de visitantes. Imagínense las experimentadas por los ciudadanos de ese país, en materia de derechos humanos, políticos, laborales, económicos, etc. Como se sabe, las dictaduras además del irrespeto a la libertad y opresión, traen pobreza, corrupción, ineficiencia burocrática, explotación irracional del medio ambiente, entre otros.
Es interesante revisar, cómo estos regímenes llegan al poder. Muchos llegan entre otras, como una opción para acabar con la pobreza, la corrupción, la desigualdad, la explotación, para sembrar un nacionalismo. Recuerdo los momentos de oración, que las religiosas del colegio donde cursaba mis estudios de educación primaria, nos hacían realizar, para que Fidel Castro, portando un Rosario en la mano, bajara de Sierra Maestra , sano y salvo, a la ciudad. Esta imagen engañó, a la gran mayoría que oró por este dictador, quien más tarde, hasta prohibió las actividades religiosas en ese país.
A medida que pasa el tiempo, estos gobiernos se hacen dominantes y aplican las restricciones de todo tipo, de las cuales se beneficia una minoría, a expensas del sacrificio de la mayoría. Ejemplo el nacional socialismo de Hitler, cuyo régimen causó millonarias pérdidas humanas, el fascismo, el comunismo soviético, dictaduras como la de Panamá, Polonia, Chile, Paraguay, el Tíbet. Salir de ellas de manera democrática, se hace difícil. Hay dictaduras que simulan elecciones, otras las realizan, con resultados dudosos, logrando gracias al ventajismo, salir victoriosas y continuar, casi indefinidamente, en el poder.
Gene Sharp, en su obra de la Dictadura a la Democracia, presenta un sistema conceptual para liberarse de ellas. Vale la pena, leer esta obra, producto de años de revisión de la literatura al respecto, entrevistas a sobrevivientes, visitas a sitios emblemáticos donde hubo fusilamientos masivos y de investigación, sobre dictaduras, movimientos de resistencia, revoluciones, sistemas de gobierno, el pensamiento político y métodos utilizados por los países que han salido de ellas. A continuación se mencionan algunos de ellos, así como algunos comentarios del autor, quien, por sobretodo, aboga por la lucha no violenta.
De entrada, este investigador, no recomienda la lucha violenta del pueblo contra el régimen, ya que los gobiernos dictatoriales tienen la fuerza militar y armamento variado y suficiente, para enfrentar cualquier alzamiento en su contra. Tienen todas las de ganar y el pueblo todas las de perder. Por ello es desafortunado el enfrentarlos, a sabiendas del sacrificio, en término de pérdidas humanas y el dolor que ello representa. Tampoco lo que se denomina la guerra de guerrillas, opción que toman algunos disidentes ante la imposibilidad de una rebelión militar. Esta opción, expresa Sharp, toma mucho tiempo, raramente beneficia a la población oprimida o le abre paso a una democracia.
Otras posibilidades, recabadas por el autor, son los golpes de estado, elecciones, intervención extranjera y negociaciones. En cuanto a golpes de estado, señala, no son recomendables. Considera es más de lo mismo. Se corre el peligro de que los sustitutos se empoderen, sean más crueles e ignoren los deseos de democracia y el respeto a los derechos humanos, entre otros. En relación a elecciones, se pregunta, a qué dictadura le interesa un proceso electoral que lo destrone. Pueden simular elecciones, realizar plebiscitos o ir a procesos eleccionarios, con ventajismo, para no perder el poder. Con respecto a la ayuda internacional o extranjera señala, tiene sus riesgos. Con frecuencia algunos gobiernos extranjeros, por intereses económicos y políticos pueden ayudar a las dictaduras, inclusive traicionando a los que ofrecen ayudar a liberar. Otros pueden enfrentar las dictaduras, sólo si obtienen el poder económico, político y militar del país. Agrega que la verdadera ayuda extranjera, con fines positivos, interviene activamente, sólo, cuando haya una verdadera resistencia interna, que logre hacer tambalear la dictadura y llamar la atención internacional sobre las atrocidades del régimen. La negociación es otra alternativa, a disposición de los que luchan por la libertad, de los que quieren evitar la violencia, las matanzas y la persecución, y quieren obtener lo más pronto un clima de paz. Sin embargo, afirma Sharp, no es lo mismo negociar para solucionar un conflicto laboral con un sindicato de trabajadores, a negociar con un dictador arraigado que busca poder, posición, riqueza y más. Este, puede utilizar esta vía para debilitar la resistencia de la oposición y reanudar su control y persecución de una manera más intensa. A menos que la resistencia sea de tal fuerza, que la dictadura se sienta presionada y debilitada en su poder. Es ahí donde negociará para salvar sus bienes y poder salir del país.
Sharp opina, que en los conflictos donde están en juego cuestiones fundamentales como las libertades políticas, la resistencia del pueblo, no la negociación, es lo vital para el cambio. En este sentido, sugiere el desafío político, como un método no violento que requiere de una bien pensada planificación estratégica y un marco operacional apropiado. Esto evitará sacrificios masivos aunque siempre tendrá su cuota de sacrificio y de dolor. Pero bien vale la pena luchar por el derecho inalienable de la libertad que todo ser humano debe poseer.
Por Neley Rueda Ramírez, PhD
Bibliografía
Sharp, G. (2003). De la Dictadura a la Democracia. Un Sistema Conceptual para la Liberación. The Albert Einstein Institution..Boston MA. USA

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